Vive la aventura de cruzar el alto atlas y acabar durmiendo bajo una manta de estrellas….

Cómo ir al Desierto del Sahara por libre desde Marrakech
Desde Marrakech como desde distintos puntos de Marruecos salen diariamente varios tours en 4X4 hacia el desierto del Sahara que incluyen el transporte, el alojamiento allí, la comida…
Nosotros quisimos hacerlo un poco diferente y aunque nos recomendaron en varias ocasiones no alquilar nuestro propio coche por los problemas de seguridad que puede dar la policía, entre otros, nosotros decidimos alquilar un coche y vivir la aventura de cruzar el alto atlas hasta llegar al desierto.
Hay dos opciones para visitar el desierto: Erg Chebbi en Merzouga y Erg Chigaga en M´hamid.
Nosotros decidimos coger la ruta hacia Merzouga, ya que desde Marrakech nos recomendaron esta ruta, ya que era más «sencillo» llegar.
Si te animas a vivir esta aventura de ir al Sahara por libre te recomendamos seguir estos consejos:
5 cosas importantes que debes saber si decides ir al desierto del Sahara por libre
1- Alquila un coche 4×4 o derivado
Aunque no entres al 100% en el desierto, entrarás en zona de mucha arena y dunas, por lo que no vayas a la opción más económica como hicimos nosotros, y si puedes, cógete un 4×4.
En Marrakech hay diferentes lugares económicos para alquilar el coche. Nosotros lo hablamos directamente con el alojamiento donde estábamos quienes llamaron a una empresa «amiga» y nos hicieron un buen precio, saliendo de las típicas compañías que también operan desde el aeropuerto de Marrakech.
2- Las señales no dan la información de forma correcta
¿Cómo? Así es. En algunos momentos verás que quedan 200 kms para llegar a un sitio y cuando lleves una hora conduciendo, te señalizarán que quedan 220 kms. Nunca entendimos esto, pero sí, es bastante curioso. Es genial que lo tengas en cuenta antes de emprender tu camino. Para lo bueno y lo malo, deberás guiarte y calcular tus propios tiempos 🙂
3- Hay muy pocas gasolineras en el Alto Atlas
Así es. Cuando entras en alta montaña las gasolineras escasean y a nosotros esto nos dio un buen sustito porque por poco no llegamos y nos quedamos tirados sin gasolina por esa zona. Lo cual no te recomendamos. Por ello, intentar ir siempre con una buena «reserva» de gasolina.
4- No creáis lo que os cuentan…
Sí, así como os lo contamos…
Es bastante habitual encontrarte personas que te paran en mitad de la carretera pidiéndote ayuda.
Te contamos nuestra experiencia y nuestra aventura:
Cuando íbamos por la carretera vimos a un hombre al lado de un coche retirando en el arcén parado en mitad de la carretera pidiéndonos ayuda levantando agitadamente las manos. Decidimos parar y preguntarle qué le pasaba.
Nos indicó que su coche se había estropeado. Que si por favor podíamos avisar a su primo que vivía a unos 90 kms que estaba allí parado para que alguien de su familia se acercase a ayudarle. Nos hizo una nota y nos dibujó un mapa de donde se encontraba la casa de su primo.
Nosotros en nuestra intención de querer ayudarle confiamos en él y seguimos el mapa a casa de su primo…
Llegamos a la casa y llamamos a la puerta. Nos la abrió un señor berebere, a quien le explicamos lo ocurrido y dimos la nota de su primo.
Este señor se mostró muy agradecido y, en vez de ir a buscar a su primo (lo que desde el principio nos debió parecer un poco sospechoso), nos invitó a pasar y tomar un té con él y su familia…
Y en un momento estábamos en mitad del alto atlas con una familia bereber tomando té sobre unos cojines en su salón mientras nos enseñaban fotos de su vida… Lo que en un principio parecía bastante auténtico, pero ¿Por qué nadie iba por el primo?
Por un momento, uno de los bereberes dice: ¿Y a dónde os dirigís? Nosotros le comentamos que vamos al desierto, que nos quedaremos en un camping económico que habíamos encontrado en la puerta del desierto.
A ello, nos contesta que él tiene otro primo en el desierto que vive allí en unas jaimas, que con lo bien que nos habíamos portado con su otro primo (allí seguía por cierto en la carretera…) nos lo quiere devolver de alguna forma y que cuánto íbamos a pagar en el camping. Respondemos que 20usd y nos dice que por ese precio nos podemos quedar en una jaima privada donde su primo en el desierto con cena y desayuno incluido. Una oferta irresistible a la que con bastantes dudas, confiando en su agradecimiento, acabamos aceptando.
Fue entonces cuándo después de intentar vendernos unas alfombras nos indicaron una gasolinera también en un mapa dibujado donde en las próximas 4 horas que teníamos aún de camino, nos estaría esperando su otro primo.
Nos despedimos entonces de esta curiosa familia bereber con la duda de si irían en algún momento a recoger a su primo y empezamos el largo camino hasta la gasolinera en la puerta del desierto…
Se iba haciendo de noche y cada vez confiábamos menos en que todo fuese verdad y el primo estuviese en la gasolinera del mapa.
Pero cuando menos esperanzas teníamos, allí estaba la gasolinera y allí estaba el primo con un cartel con nuestros nombres esperándonos, a pesar de llegar media hora tarde…
Le seguimos hasta la llegada al desierto. Ahí nos quedamos varias veces atascados con el coche (de ahí nuestra primera recomendación). Hasta que llegamos a un bonito asentamiento de jaimas en el desierto.
Dejamos nuestras cosas y fuimos a cenar. Allí había también una pareja holandesa con la que nos pusimos a hablar y fue entonces cuando llegó la pregunta de «Por cierto, ¿Cómo habéis llegado hasta aquí?» y con esta pregunta, su respuesta:
«Pues no os lo váis a creer, íbamos por la carretera y de repente había un hombre que nos pidió ayuda y fuimos a la casa de…»
Y así nuestra «aventura» del viaje. Y es que ¿Puede haber algo más marketiniano- comercial? Unos cracks estos bereberes…
Ahora ya lo sabéis, si os encontráis a alguien por la carretera pidiendo ayuda, ya sabes que es una película montada para venderte un alojamiento en el desierto. Eso sí, a muy buen precio 🙂

5- Llevar agua embotellada de Marrakech
Ya que a medida que vayas acercándote al desierto, los lugares donde comprarla van escaseando y su precio va subiendo.


